martes, 31 de mayo de 2011

Árboles

Insistimos en la comunicación. Pero partimos de un error de base.

Cuando yo veo un árbol, mi percepción depende de mi sistema neurológico, de la física de mis sentidos, de mis experiencias previas y de mi propia personalidad. Tú ves el mismo árbol que yo, pero no ves lo mismo que yo: el modo en que yo percibo y experimento una textura, un sonido o un color no es en absoluto el mismo que el tuyo; por otro lado, el mismo concepto de árbol varía mucho en función de nuestras experiencias previas: no puede ser lo mismo un árbol para un saharaui que para un suizo; dos hermanos gemelos de idéntico genoma e idéntica educación experimentarán cosas distintas al tocar con sus dedos los pétalos de una gardenia. Por más que ambos empleen el mismo término al decir “árbol”, pensarán en cosas diferentes al utilizarlos.

Si esto sucede con algo tan sencillo, ¿qué no será cuando tratamos de hacer entender a otros el color del mar en aquel fin de semana, la incomodidad que sentimos a hora punta en el metro o las sensaciones que experimentamos en la cama con Luis, con Nuria o con ambos a la vez?

Así pues, la comunicación verbal corriente se presenta problemática. La primera alternativa que se nos ocurre es el lenguaje científico: ese árbol mide 7 m, tiene un diámetro del tronco en la base de 80 cm, etc. No es que esto sea feo, es que no todo es fácilmente cuantificable, ni todo es cuantificable.

De todos modos, aunque el lenguaje científico es una opción muy loable y digna, se utiliza poco, menos de lo que se debiera, incluso en el propio ámbito científico. En ocasiones, su uso nos evitaría quedar envueltos en interminables telarañas de explicaciones, justificaciones y razonamientos, en una espiral de vueltas y revueltas a lo que queremos expresar, sin conseguirlo casi nunca. En este punto, cuantas más palabras, peor.

La otra alternativa parece sorprendente: cuando más nos entendemos es cuando más dejamos de lado nuestras pobres descripciones y decidimos entrar en el terreno de la lírica. Una conversación puede languidecer a causa de los esfuerzos de unos por contar y de otros por tratar de entender, pero en cuanto alguien pasa a hablar de sus sentimientos reales, los ánimos se desperezan automáticamente y las antenas se orientan de inmediato con el fin de no perder detalle ante lo que nos está, ahora sí, llegando claramente. La comunicación, de repente, cobra vida.

Así pues, no hay que tener miedo:

-Detesto tu persona y todo lo que representas.

Es una buena frase, se entiende a la perfección y no hay posibles confusiones.

Te quise.

Aspiré de la brisa que levantaba tu falda…

Yermo y calcinado el camino que ante mí se extendía

Dudé entre el sprint con apnea voluntaria o la retirada silenciosa del terreno de juego.

Morí.

Otro estupendo ejemplo, aunque quizá en exceso dramático.

Así pues, podríamos pensar que los sentimientos son los más dignos de confianza. Pero no, para bien o para mal no es así. No son los sentimientos, son los actos los que deben guiaros para entender a las personas. Podemos recrearnos cuanto queramos en nuestras sensaciones, sentidos y sentimientos. Pero comparado con un hecho, todo eso queda en nada. Esto ya no precisa explicación, es algo meramente intuitivo que todo el mundo entiende.

Ayudarás a tu hermano o a tu amigo cuando se encuentre en un apuro, ¿verdad?

Tratarás bien a tus padres, ¿no?

¿Sacrificarás unas vacaciones para quedarte a ayudar a alguien cercano que lo necesite? Entonces, creo en ti, sin ninguna duda. Y, lo mejor de todo, sin una sola palabra.

martes, 12 de abril de 2011

Gestión de residuos. Prueba global

A. RESIDUOS HUMANOS (prueba oral)

1. Según ha expuesto recientemente el Dr. Matthew Throwless, la mejor manera de delimitar el grado de desarrollo de una sociedad es analizando la gestión de los residuos humanos, en los cuales engloba las siguientes categorías principales:
a) Tercera edad.
b) Personas mentalmente enfermas.
c) Presos.
Explica ante el examinador tu opinión al respecto, así como lo que te sugiere la siguiente frase de Throwless: No me muestres sus palacios, muéstrame las letrinas de sus cárceles; no sus museos, mejor sus manicomios; no, en fin, sus parques y jardines, llévame a sus asilos.
2. Bartleby como paradigma del residuo humano: ¿excrecencia social o cima de la expresión artística?

B. RESIDUOS NO HUMANOS (prueba escrita)
3. Bien es conocido el espejismo por el que los consumidores piensan que compran objetos y bienes, cuando en realidad solo están comprando residuos. Como ya señaló el socioecólogo ruso Igor Tiralotov:
  • Compras un aparato tecnológico: una buena parte del paquete va inmediatamente a la basura, el resto dura unos meses antes de que lo sustituyas por uno nuevo y vaya a parar un número indefinido de años en un vertedero innombrable.
  • Vas a una fiesta campestre con un alegre grupo de amigos; el resultado es un número descabellado de platos, vasos y cubiertos de plástico, aparte de manteles, servilletas... utilizados tan solo unos minutos, que acaban en una bolsa enorme de plástico, a su vez depositada, con suerte, en algún contenedor.
  • Compras al año setenta y cuatro productos de belleza/higiene/limpieza para sentirte mejor; los productos se van por el desagüe con dudoso éxito en su cometido, mientras los envases siguen su camino: tanto unos como otros persisten, mostrando que no compramos objetos, compramos residuos.
Analiza la frase del Dr. Tiralotov. (Nota: se valorará la utilización del mayor número posible de hojas con la máxima cantidad posible de tinta.)

4. Muchas personas muestran gran entusiasmo ante la supuesta gestión ordenada de residuos que se viene llevando a cabo desde hace unos años en nuestro país aunque, según estudios recientes, una buena parte de la población ignora los colores de los contenedores o no los entiende o le aburren o pasa de ellos con absoluta frialdad. Imagina por un momento (concéntrate bien) que la mayor parte de los residuos fueran a parar donde debieran y expón brevemente el trabajo que habría que empezar a hacer a partir de ese momento.

5. El ecólogo hindú Ravindranah Patel ha hecho ver crudamente a muchas personas del denominado primer mundo que no hay demasiados motivos para sentirse satisfechos ante la ordenada gestión de residuos que se lleva a cabo en algunos países nórdicos: una buena parte de la basura electrónica es enviada por mar a países del Sur por desarrollar. Por otro lado, las economías emergentes (Sureste asiático, América Latina, algunos países árabes...) están generando ya cantidades enormes de todo tipo de residuos, que se acumulan en vertederos sin ningún tipo de ordenación ni legislación medioambiental.

Reflexiona y expón sin reservas lo que sientes frente a estos hechos.

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Nota: ante las insistencias de algunos alumnos, el equipo de profesores ha sopesado seriamente la posibilidad de realizar esta prueba a varios concejales de medio ambiente, y han mencionado repetidamente el nombre de cierta autoridad municipal con escasas aptitudes ornitológicas. Finalmente hemos decidido rechazar esta posibilidad al considerar el perjuicio que ello podría ocasionarnos.