...Venus es una fuente inagotable de deseos. Refulge con una luz que algunos ojos llamarán incluso «verde». Su belleza magnética traspasa, como era de esperar, el espacio vacío y se clava en nosotros como una flecha (o así lo siento yo). Júpiter, su pretendido padre, anda por detrás, cabizbajo, a sus espaldas y por encima. Es el más fuerte pero sabe que no puede competir con ella. ¿Qué hace? ¿La protege frente a posibles agresiones? ¿La vigila, ignorante de que Marte no anda ahora por estos lugares? No. Me temo que se ha enterado de que no es su hija y está concibiendo el ataque sin perderla de vista. Sinvergüenza.Pero ella se escapa como una corza y se escabulle tras el horizonte. Por eso no es fácil verla, a menos que subáis a una azotea, una colina, un cimborrio o un pináculo.
Qué hermosas palabras: azotea, colina, cimborrio, pináculo. Poesía eres tú.
ResponderEliminarTiene su mérito mirar hacia el cielo desde la ciudad, Australino. En Madrid, a veces, llegaba a olvidar que había luna.
Sí, es una suerte poder asomarse a una terraza y no tener edificios demasiado altos alrededor. Pero también puede verse en cualquier parque, entre los árboles. Incluso en la ciudad, si la calle por la que uno va está bien orientada.
ResponderEliminarSeguro que tú lo ves fenomenal si te subes a cualquier loma.
No callaré ante tamañas tropelías. Parece que sois ligero, como me temía, en dar el salto del poliedro al politeismo. La Ira Divina recaerá sobre vos.
ResponderEliminarNo lo merezco, don Bernardo... o quizá sí... el relativismo me invade. El Bien, el Mal, el Regular... Mi brújula se ha descuajeringado. Mal asunto.
ResponderEliminarLa Luna tiene celos de Venus.
ResponderEliminarVete tú a saber, a lo mejor es que le gusta. Lo cierto es que se le va arrimando, aunque no sé si podremos verlo esta tarde.
ResponderEliminarDemasiadas nubes, flaco. Qué penita.
ResponderEliminar¡Hay pecado carnal hasta en los cielos! Esto es el acabose...
ResponderEliminarAyer, entre velos de nubes, pudo verse el espectáculo pornográfico de la Luna arrimándose con total descaro a Venus, mientras Júpiter, el muy cageta, se mantenía a poca distancia pero sin atreverse a intervenir. ¿Por qué lo haría? ¿Será un voyeur?
ResponderEliminarA Júpiter le va el rollo lésbico entre la Luna y Venus. Es eso.
ResponderEliminarYo creo que es eso, Mecacholo. En estos tiempos uno ya no tiene ni referencias griegas. Habrá que ver si los dioses egipcios siguen en su sitio... ¿Alguien tiene alguna referencia de Isis o de Osiris?
ResponderEliminarYo sí que te hise ver el cielo, papito. No me seas pendejo y cógeme el celular.
ResponderEliminar¡Ay Evelyne, mamita, olvídalo ya! ¿Es que no puedes comprender que soy muy hombre y lo que tuvimos no me bastó?
ResponderEliminarFdo: El Tigre de Caracas
Vaya, vaya...
ResponderEliminar¿valdría desde un otero o desde un alcor? No, por saberlo. Un saludo
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