Para hacer feliz al minino, no hay nada como la ducha de gato modelo Gary Larson. Es sumamente eficaz: después de tomar la ducha, el gato se pasa ronroneando horas y horas, por el gustito acumulado.
Incluye un cepillo bactericida del tamaño de un zapato, aproximadamente. Si alguien quiere más detalles, no tiene más que preguntar.