jueves, 11 de diciembre de 2008

Precipicio

Al pasar por la calle José del Río, en Carabanchel (Madrid) constato con estupor cómo varios obreros trabajan en lo alto de un edificio en obras, fijando unos elementos en el techado. Dos datos: el techado está a una altura de unos veinte metros y tiene una inclinación de más de 45 grados. Hay tres, todos sin arnés. Cuando hago la foto solo veo uno, como se puede apreciar si se aumenta.

Inmediatamente me acerco a la obra y le digo al encargado que no deben trabajar así los obreros, que hay que ponerse arnés. Me mira sorprendido con cara burlona y me dice: «¡Anda, chaval, no me toques los cojones y vete a tu oficinita.» Cabizbajo y compungido, me dirigo a la comisaría de policía municipal de Carabanchel, denuncio el caso pero apenas me escuchan. Están hablando de un tal Bernardo, un tipo rubio alemán que sale en todos los periódicos. Un becario me dice que tengo derecho a presentar una denuncia, para lo que debo rellenar no sé qué papeles y... me largo. Me dirijo sin más dilación al Congreso, pillo a Soraya de casualidad y le cuento el caso: «¡Ciudadano, está usted en lo cierto, convengamos en que ZP es un sinvergüenza!» Bueno, yo no quería decir exactamente eso... me acerco a la viceministra Fernández, le repito la historia: «La presidenta Aguirre es la causante de todas esas muertes, no me cabe la menor duda.» ¡Pero si esto es del municipio!, pienso yo... Me acerco a Durán, que parece razonable: «¡Esto en Catalunya no pasa, ¿eh? Sois un poco tercermundistes, ¿eh?»

Me vuelvo al barrio. Me cruzo con Antonio, un medio alcohólico que fue albañil en su juventud. «Mira chaval, siempre hemos trabajado sin arnés y no hay que armar tanto revuelo. Eso son los periodistas, que a veces tienen que sacar noticias.» Yo ni siquiera me he planteado acudir al cuarto poder, perdida por completo la poca confianza que tenía en él. Aunque quizá en el ABC... No, acepto la invitación de Antonio y me tomo dos Sol y sombra de rechupete. Hoy voy a trabajar de lo lindo.

9 comentarios:

  1. No te preocupes, dentro de nada los albañiles se unirán a los afiladores y a los colchoneros-laneros y recorrerán las bellas provincias que conforman nuestra noble patria mostrando al mundo el carácter artesanal de los antiguos oficios.
    Con un poco de suerte, hasta les pueden ofrecer un atuendo medieval, que, aunque no viene al caso, da caché.

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  2. Sí, pero en el medievo lo que se construía principalmente eran casitas bajas (catedrales aparte) y, a lo sumo, te rompías una pierna. Ahora, el que más o el que menos quiere su ático dúplex con vistas, y hacen pisos, aunque sean de dos plantas, con un remate triangular en el techado que alcanza la altura de un edificio antiguo de cuatro plantas. Y desde ahí, la caída te aseguro que no es pequeña.

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  3. A mi suegro le regalamos un arnés. Se dedica a cambiar e instalar persianas y muchas veces debe sacar el cuerpo casi entero por las ventanas de nosequé piso. Creo que ni lo lleva en la furgoneta. Es la costumbre de trabajar sin él. Y como no tiene jefe, pues nadie le obliga a llevarlo. Costará mucho cambiar la mentalidad. Eso sí: tengo entendido que los jóvenes ponen más cuidado en eso. Supongo que sólo dentro de unos años, concienciando a la gente, se podrá notar una bajada en los accidentes laborales por falta de medios de seguridad.

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  4. Mecacholo, para mí es un escándalo las cifras de bajas laborales -especialmente en la construcción- en la provincia de Madrid, y lo poco que se hace para prevenirlas. ¿Dónde están los inspectores laborales? ¿Tan difícil es dar repasos periódicos, como hacen, por ejemplo, con los vehículos Smart que multan a los coches mal aparcados?

    Hablan del Madrid olímpico y de muchas historias de esas patrioteras y lo realmente importante parece que no importa. Alberto, ¿quieres un Madrid olímpico y estupendo? ¡Pues ocúpate de la gente que vive y trabaja aquí, y no de los eslóganes y las fachadas bonitas.

    Espero que, como dices, la gente se vaya concienciando, aunque a los caídos en accidente no les sirva de mucho consuelo.

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  5. Siempre he pensado que un sistema de inspección serio es rentable. Si hasta hacen fácilmente rentables los sueldos de los revisores de la HORA...

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  6. Yo soy un anti-coches total, y me parece fenomenal la existencia de que un ejército de policías municipales entrenados para revisar todos los coches de la capital y acribillarlos a multazos. La pregunta es, ¿por qué no se gastan esos mismos esfuerzos en un sistema de inspección para las obras? Uf, da la impresión de que nadie puede tocar un dedo en la construcción de este país, no? No sea que los constructores tengan que gastarse cuatro duros más... y ahora la excusa es perfecta, que no pueden aumentar los gastos ¡no sea que tengan que despedir a los cuatro obreros que todavía tienen un puesto de trabajo!

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  7. Eulez, ¡me alegro que hayas entrado, muchas gracias!

    Me gustaría preguntar a los ediles: Para dar ejemplo, ¿por qué no se hace que los revisores de movilidad y de vigilancia del carril bus vayan en bicicleta? Sería un buen principio, ¿no?

    En Londres van en bici los ejecutivos y las señoras con aspecto de directivos. Aquí parece que solo tienen bici los alternativos de Lavapiés. ¿Por qué somos tan catetos en el siglo XXI?

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  8. No me preocupa ese tema pero sí otros que has tratado anteriormente.

    Un saludo,

    J

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  9. Bueno, Anónimo, a mí siempre me hace ilusión que alguien entre y comente, aunque, como ves, apenas escribe gente aparte de Nata y de Mecacholo.

    ¡A ver si te gusta la próxima entrada, no falta mucho!

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