lunes, 29 de diciembre de 2008

Y, sin embargo...


A principios del siglo XVII, Galileo Galilei se encuentra envuelto en un largo y engorroso proceso del que solo consigue librarse declarando en contra de las leyes de la naturaleza. Sin embargo, Ío y Ganímedes se movían, y lo siguen haciendo, alrededor de Júpiter; la Luna, alrededor de la Tierra, y esta, junto con otros muchos, alrededor del Sol. A la gravitación universal no parecen importarle las cuitas de los habitantes de aquí abajo.

A comienzos del siglo XXI, los cuatro poderes (los tres consabidos más el mediático) tratan de convencer a la sociedad de que la clave de la solución al terrorismo etarra pasa ineludiblemente por una declaración de su brazo político en contra de los atentados. Sin embargo, los niños vascos siguen aprendiendo las directrices nacionalistas en sus ikastolas; los jóvenes vascos siguen percibiendo cuantiosas ayudas y subvenciones para mil y una actividades «culturales»; las instancias educativas siguen actuando en dirección centrífuga y muy bien planificada; la «normalización» lingüística prosigue con su tendencia arrolladora, y, por un proceso imparable que recuerda por su constancia e imbatibilidad a la ley gravitatoria, van cediéndose una tras otra las pocas atribuciones que aún conserva el Estado.

De nada le sirvió a don Bernardo (en la foto mostrando su incredulidad al espabilado astrónomo) obligar al Sr. Galilei a declarar en contra de las leyes planetarias. Como de nada sirve tratar de forzar unas declaraciones que resultarían por completo inertes, inútiles, ineficaces. Las leyes impepinables de la fragmentación del Estado español llevan en marcha muchos años ya y nada puede detenerlas, como tampoco puede detenerse el movimiento de la Tierra alrededor del Sol.

23 comentarios:

  1. Hombreee, fragmentación, fragmentación... hace 30 años se decía lo mismo y que yo sepa el Estado sigue existiendo. La pregunta es porque no se asume de una vez que de verdad hay suficientes competencias en las autonomías como para plantear un modelo federal como debería ser, vaya.

    ResponderEliminar
  2. La fragmentación existe ya, lo veas o no, en varios ámbitos. Por ejemplo, en el educativo. Para que te hagas una idea, en Cataluña no funcionan desde hace años las editoriales de libros de texto que funcionan para el resto. Pero sin dramatizar, ¿eh?

    Más importante que el estado actual de la fragmentación es la "tendencia". No es tan importante que aún se rotule en castellano en las tiendas de Orense, o que algún bar despistado en Lérida aún se llame "Bar Manolo". Es la clara y rotunda tendencia que siguen las distintas realidades, por ejemplo, la lingüística.

    En cuanto a la traída y llevada federalización que comentas, se me ocurren dos cosas: primero, es un tema de suficiente enjundia como para tratarlo reposadamente y, a ser posible, de modo democrático, no sibilinamente y por la fuerza de los hechos como se está haciendo. Y dos: la federalización es, precisamente, eso, federalización de estados o entidades estatales para dar lugar a una entidad de rango superior, por ejemplo cuando los lander alemanes se unen para formar la Alemania moderna, o cuando los estados federados de Norteamérica se unen para formar los EEUU. Pero aquí lo que se plantea es justo lo contrario: cada uno mirando para su lado y tirando fuerte sin ninguna intención de pertenecer a una entidad mayor. Es un absurdo, porque esa entidad mayor, premisa de la intención federalizadora, ya existe. Lo que se busca y persigue, con más o menos afán, delicadeza e inteligencia, es la desmembración.

    Claro que se hablaba hace treinta años, porque hace treinta años ya se veía la intención, aunque muchos no lo reconocían. Hoy la cosa está bastante más clara, a mi juicio. Y se seguirá hablando de ella mucho tiempo, eso es casi seguro.

    Eulez, muy feliz año nuevo.

    ResponderEliminar
  3. ¡yo también me había dado cuenta! Los perniciosos e insidiosos medios de comunicación secundando las simplicidades de los partidos que controlan el Parlamento, como bien dices, ponen grandísimo énfasis en si se hacen o no “declaraciones condenatorias”. Qué ridículos y qué bellacos. Porque esa supuesta panacea ya la hacen organizaciones y organismos como el PNV y PSOEque son tan falsas como inútiles. Mientras que con una mano hacen tales narcotizantes declaraciones, con la otra se proteje y financia con dinero público a los mismos terroristas que dicen condenar. ¿Quién, a estas alturas, lo desconoce? Quien quiere.
    Es aún más perversa esta ridícula campaña de exijir las condenas esas, porque se les pide, ni más ni menos, que a quienes las perpetran. Ja ja ja. Esto es el colmo. Hágase un símil paralelo con cualquier otra clase de delito, por ejemplo, a la mafia, y se verá con la misma evidencia, pero despojada de las nieblas de la propaganda y demagogia para simples. Así es, pídasele con ademán solemne al capo de la mafia que condene el tráfico de drogas o lo que sea. Ja ja ja. Seguramente lo haría... y, después, se partiría de la risa.
    Pero hay una cosa en el análisis en la que no estoy de acuerdo. Y es que esa tendencia cierta que señalas sea una ley natural inexorable, nada menos que como la de la gravedad. No lo es en absoluto. Sí es cierto que esa tendencia social se deriva de una dinámica social, ésta sí, según sus leyes que la determinan, pero dadas sus condiciones que definen el estado actual. Pero si cambias esas condiciones, cambiará la tendencia. Recogiendo la metáfora gravitatoria, un objeto sobre un plano inclinado se moverá hacia la derecha, claro, si ponemos la parte alta a la izquierda. No podrás decir que los objetos se mueven a la derecha por una ley natural. Dése la vuelta al plano y se moverá hacia la izquierda. En cristiano, esa tendencia es resultado de la conjunción de varios factores. Uno de ellos la voluntad activa y fanática de unas muy pocas personas. Otra, la indolencia, laxitud, indiferencia y estulticia de otras muchas. Pero no es de ninguna manera una determinación cósmica, si no es por lo que le toca por el segundo principio de la termodinámica.
    En todo lo demás, tienes más razón que un santo.

    ResponderEliminar
  4. Al señor eulez yo le preguntaría si ha reparado por casualidad en que el federalismo ese supone una fragmentación de la soberanía nacional. Como magistralmente ha explicado el señor Australino, cuando se viene de estados independientes esa soberanía fragmentada se une en la de la nueva nación según la forma histórica de cada una. Los que defienden a conciencia, es decir, sabiendo lo que dicen, la federalización de España, Nación unitaria, son muy sibilinos y engañosos, porque no declaran la verdad de lo que esto es, la destrucción de la soberanía nacional, en este caso la española. Si usted, señor eulez es partidario de esta cosa, mejor será que lo diga claramente. Porque entonces, la discusión del caso será en otro plano y aún de otro asunto. No del mero y aséptico derecho político en el que se puede organizar una Nación, haciendo uso, claro, de su soberanía, sino, precisamente, de la supervivencia o desintegración de ésta. Y entiéndase que esa soberanía, que en el Antiguo Régimen correspondía al rey, ahora corresponde a los ciudadanos, todos iguales ante la ley, por eso es nacional. Y, además, al ser democrática, no hay otra forma de destruir esta soberanía unitaria que mediante la violencia, ya sea física, ya sea moral, ya sea legal.
    Además, este tema del federalismo es completamente superfluo, pues como todos sabemos, es sólo un vector más de presión ideológica de la propaganda para conseguir una cosa. Sí, la cosa. ¿eh? Y fíjese, la prueba de ello es que yo no tengo que decir cuál para que se sepa qué cosa es. Ellos la quieren, ellos la buscan y sueltan a sus espectros. ¿El Anillo? Je je. NO hombre, no.

    ResponderEliminar
  5. "Los que defienden a conciencia, es decir, sabiendo lo que dicen, la federalización de España, Nación unitaria, son muy sibilinos y engañosos, porque no declaran la verdad de lo que esto es, la destrucción de la soberanía nacional, en este caso la española."

    Como dice australino, el modelo federal es un modelo más justo y adecuado. No me parece que EEUU o Alemania tengan problemas en cuanto a su "soberanía nacional". Por ejemplo, en Alemania se dan situaciones como que una persona no puede trabajar en el länder de al lado porque su título no es reconocido allí. Imaginaos lo que pasaría en España si ¡los sistemas educativos fuesen distintos de una comunidad a otra! ¡la destrucción de España! No voy aa decir que yo esté de acuerdo con que cada comunidad haga lo que quiera, pero no hay que ser alarmista.

    Dentro del País Vasco y de Cataluña hay mucha presión por conseguir competencias propias. Y las consiguen porque esto es una democracia y que se le va a hacer si así se montó en chiringuito en la Constitución, con un peso excesivo e injusto de los nacionalismos. Por eso digo que tal vez (hubiera?) sido plantear un federalismo. Todos iguales y punto.

    En cualquier caso, Odiseo, te recomiendo que no te obsesiones con la idea de Nación. Ese argumento de la Nación que se rompe esta un poco visto, es un poco tendencioso y no merece la pena. Nada se rompe, estamos en la UE, tenemos un entorno estable que no va a permitir cambios radicales de ese estilo.

    ResponderEliminar
  6. Sin embargo, Odiseo y Eulez, yo disiento con vosotros dos en una cosa, si bien por motivos muy diferentes: sí se rompe. Se ha roto ya, de hecho. En esto Odiseo no está de acuerdo, y piensa que todo es cuestión de girar el plano inclinado. Pero tendrá que explicar, y ahora es él quien debe hablar a las claras, de qué modo. Sin miedo, eufemismos ni discursos correctos.

    Y disiento de Eulez porque no hay más que ver el estado actual de las cosas y, más aún, su clara tendencia. Hablas de educación. ¡Estupendo ejemplo! Mi amigo donostiarra Joseba, por ejemplo, trabaja en el Instituto Dolores Ibárruri, aquí en Madrid. Pero yo no puedo dar clase en un instituto de Orense o de Cadaqués, mal que me pese. La propaganda ha funcionado tan bien en estos años que cada vez más gente ve esto con total normalidad, y te plantan justificaciones aburridísimas por lo fáciles que resultan de prever.

    Por supuesto que si analizamos los estados federales actuales veremos cosas que aún aquí parecerían raras. Por ejemplo, la pena de muerte está permitida en unos estado y no en otros de EEUU. Vale, pero creo que es más importante darse cuenta de que aquí la intención clara es la ruptura, en todos los ámbitos, desde el científico al judicial. Un ejemplo más: ZP acaba de conceder la autonomía absoluta a los vascos en materia de investigación y desarrollo. Y así todo, poquito a poquito pero sin tregua.

    ResponderEliminar
  7. Ya te digo, si se piensa que hay intención de ruptura (esto es alarmista, pero bueno) y tú quieres hacer algo para evitarlo, lo primero sería crear un modelo estable de estado que evite la constante transferencia de competencias. El federalismo sería una buena solución. Definir de una vez las competencias y punto. Crear un modelo de España para los próximos 30 años. Para eso habría que retocar la constitución, que ya huele.

    Llevas razón en cuanto a que se dan situaciones injustas y extrañas. A mi lo que no me gusta es que no se hable claro de ello. Esto es una democracia, y deberían decidirse las cosas a las claras y no como premio a aprobar unos presupuestos (lo de las competencias de I+D es una burrada).

    En cualquier caso, no creo que sea importante lo de que "España se rompe". ¿No puedes ir a enseñar al País Vasco? Bien, peor para ellos. Vete a enseñar a Inglaterra, a Holanda, a Bélgica. Todo este tipo de limitaciones solo van en perjuicio de quienes las hacen. Ellos sabrán. Europa se une, al menos en lo social. Ellos se separan, no solo de otras partes de España, sino de otros sitios de Europa. La verdad es que no creo que esto sea importante.

    ResponderEliminar
  8. Sin duda, Eulez, que tú nos estás tomando el pelo. ¿Verdad?
    ¿Australino ha dicho esa cosa acerca del federalismo? Y si no lo ha dicho, como puede leer quien esto leyere, ¿por qué se lo atribuyes tú?

    A ver si es posible. Dos cosas acerca de las soluciones que pide el señor Australino y aun tres. La primera es que el hecho de ver un problema y plantearlo en sus términos adecuados, a no ser que se sea Aristóteles, no implica poseer la solución. No obstante diré lo siguiente. Tú mismo denuncias los síntomas. Pues quítalos. Hay por lo menos dos, tres o cuatro niveles en los que se origina esta deplorable situación y a cada uno deellos le corresponde un tipo de acción. Es menester advertir que esos desafueros que denuncias, en su gran mayoría, son acciónes positivas y deliberadas del Poder Público estatal. Este poder público no es otro, lo veas tú o no, que el de la Nación española a través de su Estado. Por lo visto, tú lo das por difunto con la misma razón que el señor eulez no advierte no ya la máquina deliberada para su destrucción, sino ni siquiera el movimiento mismo. Me causa la misma perplejidad y estupor que si viendo un fuego en una habitación con algunos insociables tirando papeles, soplando con los fuelles y comprando más gasolina con el dinero de la comunidad, el señor australino se lamentara amargamente del incendio del edificio con lo bonito que era, mientras que el señor eulez nos apostrofaba de alarmistas.
    Vale, no tengo tanto tiempo. Uno: El poder público del Estado de la Nación entregado a sus enemigos, haciendo uso de él para su destrucción. Es el caso de las autonomías en poder de los separatistas apoyados en terroristas nacionalistas. Esto no es una roca que cae del cielo, sino un número muy pequeño de militantes y oloigarquías de partidos, núcleo duro de células cancerígenas que se alimentan de los recursos del organismo.

    Dos: El poder público en manos de partidos que no se declaran abiertamente separatistas o incluso que lo hacen en contra, pero que sin embargo, secundan sus políticas activas y asumen, propagan e imponen (con los recursos del Estado que extraen de la Nación, claro, pues el suyo propio es muy pequeño) los supuestos teóricos deaquellos. Es el caso del PSOE y el PP y de algunos otros partidos exiguos. Con que usando el poder público de una Nación para su desintegración o destrucción ¿eh? Esto tiene un nombre, que es el de traición en este segundo caso, y sedición en el primero. Ambos delitos tipificados.
    Tres: Un cierto número de ciudadanos que, bajo la acción omnímoda de la propaganda, la demagogia y la cirugía social, secundan, en diverso grado de radicalismo, esta tendencia separatista que denunciaba Australino. Algunos muy activamente y otros más pasivamente. Y ciudadanos de la Nación, porque única y exclusivamente en virtud de esta pertenencia tiene algún valor o eficacia su voluntad políticaq. En cualquier otra segregación arbitraria que se quiera hacer, emigrantes, gremios, naturales de municipios, comarcas o regiones, ésta es perfectamente irrelevante. Y aprovecharé este punto para señalarle al señor eulez, si es que se quiere enterar, que esta es la razón por la cual la Nación no es una cuestión de modas como cree en su ingenuidad, sino lo único que a él le permite tener algo que decir en este asunto. Entiéndase, a él y a cualquiera como parte activa y eficaz de la cuestión. Porque sólo como pertenecientes a la Nación española tenemos el derecho político de decidir nuestros asuntos. Y, por si no lo sabe, ¿quién nos ha dado ese derecho? Pues nosotros mismos, nuestros padres y nuestros antepasados. Y también para que se entere, muchos han muerto y murieron para que él pueda decir ahora con asombrosa actitud de señorito o niño mal criado que esa Nación que le permite decidir es cosa de modas. A lo de la calificación de tendenciosa, no le responderé por no alterar el buen tono de este recinto cibernético.
    Cuatro: Una gran proporción de ciudadanos, la inmensa mayoría, que, sin cuestionar la unidad de España, son víctimas de la demagogia de partidos y medios de comunicación, la cual no les permite tomar conciencia cabal del asunto. Esta necrocsia social tiene muchos niveles y grados de intensidad y extensión. Los hay que estando enterados del asunto y abiertamente en contra, se entregan a las directrices de los partidos que funcionan como sumidero de voluntades e inhibidores de reacción y dicen ¿aunque yo no estoy de acuerdo con eso, qué otra cosa podemos hacer sino votar a los partidos?. En este plano del problema, tenemos un déficit de educación política extremo que da lugar a una desorientación y una confusión babilónicas. También se padece una laxitud nacional, provocada por la presión de la propaganda antinacional y la propia ignorancia, que lleva a la ridícula creencia que la cuestión nacional no tiene importancia. Por último, también, como esto último es muy grave, igualmente la propaganda, la pereza y el miedo narcotizan las conciencias de manera que, con la confusión, inyectan el alucinógeno que impide ver el movimiento y la tendencia secesionista que denunciaba Australino.
    Bien, pues aquí se tienen algunos factores que determinan esa tendencia. Como espero que se haya visto, ésta no es una ley natural inexorable e irresponsable en la que pueda descansar nuestra conciencia, sino que, muy al contrario, proviene de unas voluntades libres y, por tanto, responsables. No es un hecho cósmico, sino una pugna deliberada. En la contienda, lo primero es debilitar e inhibir la voluntad del enmemigo. Esto está casi conseguido, pues esa voluntad política de los ciudadanos, como decía antes, está maniatada y secuestrada por los partidos políticos, la estructura territorial del Estado que nos impusieron y, sobre todo, por la ley electoral y el déficit democrático que supone.
    Ahora la solución mágica que pedía Australino. La mayoría de los ciudadanos que tienen voluntad política sólo pueden expresarla mediante sus representantes políticos en el Parlamento de la Nación. Actualmente a los ciudadanos se nos tiene secuestrado este derecho y no se nos permite elegir representantes o diputados directamente en el Parlamento ni tampoco elegir al Presidente del Gobierno y los Poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo, en lugar de estar separados y bajo la dependencia directa de los ciudadanos, se encuentran en una monstruosa promiscuidad bastarda, y todos ellos sometidos directamente a las oligarquías del PSOE y del PP en una subordinación no menos bastarda. De manera que casi todo el Poder Público de la Nación lo detentan un número increíblemente exiguo de políticos, que son quienes perpetran las monstruosidades que denunciaba Australino. Así es que, antes de decir ninguna otra cosa, es menester que los ciudadanos tengamos nuestros representantes en el Parlamento y en el Gobierno a través de elecciones unipersonales de distrito con la capacidad de revocación inmediata del acta de diputado por parte de los ciudadanos que le elijieron cuando éste no cumpla con su obligación de expresar su voluntad. Ahí tienes por dónde empezar, Australino, sin perjuicio de todo lo demás.
    Para terminar, le diré al señor eulez que no es él el primero que a mandado a alguien fuera de su sitio, como hacía él con el pobre Australino mandándole a no sé qué sitios. Seguramente éste será el concepto de democracia que tiene en su cabeza. Pero le insto con urgencia a que lorectifique, porque si no, de otro modo, acaso yo y mis amigos le mandemos a usted a otro sitio. ¿A que esto no le gusta tanto, eh?

    ResponderEliminar
  9. Cada día tengo más claro que quiero ser eremita.

    ResponderEliminar
  10. Odiseo, menos mal que no tenías tiempo... Es broma, es broma.

    No me importa demasiado que nadie me mande a ningún sitio, siempre que corra con los gastos, claro. Yo, con tal de ver Brujas, Gante o Amberes, acepto cualquier invitación.

    Odiseo, me temo que, a estas alturas, el proceso separatista no tiene solución ni aún cambiando el régimen electoral y haciéndolo, como tú piensas, más democrático. Hay maquinarias más profundas. Sin duda mejoraría el sistema, pero me temo que no solucionaría las cosas. Lo que llaman espíritu nacionalista, por ponerte un ejemplo, seguiría siendo casi unánime en la esquina nordeste de la península, independientemente de si los diputados son elegidos directamente por los electores o desde las direcciones respectivas de los partidos.

    Sí, han surgido voces interesantes, pero Ciudadanos no deja de ser una fuerza muy pequeña, y Rosa Díez, aunque muy contenta, tiene un único diputado en todo el ámbito nacional.

    Más importante sería corregir las aberraciones culturales o lingüísticas, por ejemplo. Pero eso, sencillamente, no se va a hacer.

    Natalia, no te hagas eremita, en las cuevas hace frío. Además, te encanta el nordeste, podrías vivir allí, adoptada. Con suerte, no te llamarían charneguita.

    ResponderEliminar
  11. Lo de las bajas temperaturas me ha convencido. Está bien, no me haré eremita, pero sí santa, por aquello de la levitación. Así no me tragarán las grietas cuando se abra la tierra.

    ResponderEliminar
  12. ¡Bellaco pusilánime! Sigue usted erre que erre. A ver si es posible que me haga entender. Que el espíritu ese que en su particular encuesta atribuyes a la unanimidad (bah, por cómo lo dices el "casi" lo podemos quitar y le pueden acompañar a usted a esos sitios tan bonitos), para el hecho de que la tierra española de Cataluña pertenezca o no a España, tienen la misma eficacia que una sedición de renegados o una invasión extranjera, es decir, ninguna. Y hace usted muy mal en atribuir de forma implícita, tan falsa como arbitrariamente, ese derecho de asociaciones, por muy unánimes que sean, a despojar a alguien de lo que es suyo para posesionarse de ello. Ya lo dije en la respuesta anterior, pero a usted le da igual. Ni el gremio de transportistas, ni la pseudosociedad gitana, ni los habitantes de municipios, ni los de las comarcas, ni los de las provincias, ni los de las regiones, nadie en absoluto salvo los ciudadanos españoles en su conjunto, tienen el menor derecho de soberanía sobre el territorio nacional. Pues nada; siga usted diciendo eso y seguramente convencerá a no poca gente que no tenga muy claro la aberración que supone y esos renegados sediciosos aumentarán aún más el número de aliados, precisamente, entre los que se disponen a ser despojados.
    Pero no nos preocupemos, o mejor, preocupémonos, porque en última instancia todavía nos queda el ejército y las legiones. Entonces los patriotas de la nómina, del Carrefour y de la Naturaleza habrán de despertar con el ruido del jaleo.
    Señora Nata: metemo que, cuando la tierra se abra, ese recurso de santidad tampoco le sirva de mucho, pues en tales conmociones telúricas, no se suele respetar mucho la virtud de nadie e impera el predominio de los malandrines. Usted y sus poderes levitatorios me recuerdan a la rosa del principito con sus teribles espinas, y como aquella, también me recuerda que es lo más valioso del planeta.

    ResponderEliminar
  13. es ingeniosa y simpática la señorita...

    no hay nada que hacer, nada por lo que luchar. si un pueblo no se siente como tal, si ha aprendido a odiar su reflejo especular...

    J

    ResponderEliminar
  14. Mucho me temo que eso sí es tristemente cierto. ¿Un caso único, o hay otros en la historia? No al menos en la historia reciente de Europa, el caso yugoslavo es muy distinto. En Bélgica los flamencos siempre se sintieron ajenos a los francófonos y viceversa, y aún así veremos si se separan o no. Pero aquí... ¿Unamuno, Baroja, Elcano, los vizcaínos que se iban tan contentos a las Indias...?

    Lo peor es que el estado actual de las autonomías y sus pervertidos mecanismos están haciendo surgir actitudes centrífugas incluso en zonas impensables hasta hace poco. Es un sistema que, por su propia naturaleza, conduce al egoísmo y la miopía colectiva. ¡Ay, ay, ay, qué gran torpeza!

    Señor Roca, ¿fue usted? No me puedo creer que tuviera tan mala fe. Creo que fue ignorancia y falta de previsión en la mayoría de los ponentes. Eso sí, todos quietos defendiendo su librito. ¡Ja!

    ResponderEliminar
  15. El nacionalismo le ha ganado la partida a la cordura con un as en la manga.

    J

    ResponderEliminar
  16. es una pena que escribas con tan poca frecuencia. es difícil encontrar sitios tan lúcidos en la red.

    lamento que mis comentarios sean tan escuetos, pero no encuentro que deba añadir nada las más de l as veces.

    J

    ResponderEliminar
  17. Vaya, muchas gracias.

    Te haré caso, pero tiendo a escribir sobre cosas demasiado serias. Por eso a veces me voy al cielo o a mi cocina, refugios seguros donde los haya. :)

    ResponderEliminar
  18. Por no perturbar mucho el fragor de la discusión, tímidamente me permito felicitar a Odiseo por el uso del futuro imperfecto de subjuntivo y las bellas palabras "bellaco" y "pusilánime".

    ResponderEliminar
  19. Como diría Rafa:

    ¡¿Cómo lo pueden llamar "imperfecto", siendo como es el más "perfecto" de los tiempos verbales?!

    ResponderEliminar
  20. Perdón por la interrupción a destiempo.

    ResponderEliminar
  21. Yo, por si acaso hay que salir corriendo de aquí, me pongo las deportivas. :)

    ResponderEliminar
  22. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar