Las flores de tres pétalos de la tradescantia (amor de hombre) muestran una curiosísima geometría triangular; la rapidez con que brotan los nuevos tallos del jazmín deja atónito a cualquier observador; pero, hasta ahora, nada sorprende tanto como la aparición de unas anómalas hojas en un olmito americano que creció sin pedir permiso en una maceta que no era la suya.
Durante semanas he estado pensando en cortarlo, arrancarlo de la tierra y dejar a las cintas ─antiguas arrendatarias del tiesto─ desarrollarse en plenitud: al fin y al cabo, el futuro de un árbol en un recipiente es incierto y limitado. Pero ante este inesperado brote de exotismo, esta manifestación casi cirquense de extraña belleza, decido conservarlo e, incluso, darle la oportunidad de crecer sin tantas estrecheces. Quién sabe, quizá se convierta en un hito de este discreto jardín.
A todo le veo sentido; pero no me atrevo siquiera a insinuar que todo lo tenga.
No es anomalía, más bien unicidad.
ResponderEliminarHaces bien en darle una oportunidad. Quizás más adelante le encuentres un espacio donde pueda desarrollarse a gusto sin estrecheces. Todos te lo agradeceremos.
ResponderEliminarNata, gracias por tu precisión semántica. :)
ResponderEliminarMecacholo: sí, voy a trasplantar el dúo vegetal a una maceta más grande y la voy a sacar a un rincón umbrío. :)
Queda por saber si esta rareza se debe a alguna fuerza invisible, no sé si beneficiosa o perjudicial, que fluye por el interior de la casa...
La culpa es de las cintas, con sus femeninos y orgánicos tentáculos.
ResponderEliminarCon todos mis respetos, eso son manías. Una cinta sana y de buen tamaño es todo un espectáculo.
ResponderEliminaresta entrada me ha sumido en la más profunda melancolía.
ResponderEliminarJulián
¿Por qué, Julián? Mi intención no era entristecer sino alegrar, aunque sea por medio de un brote algo extraño.
ResponderEliminar¿alguna vez has tenido algo extraño y único y lo has perdido por mentecato?
ResponderEliminardisculpa, olvidé firmar.
ResponderEliminarJulián
Acaba de perder el DVD de la serie Corrupción en Miami, así que creo que se hace cargo...
ResponderEliminar[Perdón, Julián, es que sin quererlo me lo has servido en bandeja]. :)
Pues te contesto, Julián: ¡claro que sí! Pero también es bueno pensar al "modo chino" con estas cosas: el tropezón de hoy seguro que va a dar pie a una serie de sucesos en el futuro, algunos venturosos. También está la posibilidad (si procede) del replanteamiento de ese error (que quizá no ha sido tal) y el posible subsanamiento.
ResponderEliminarLa Natas está algo traviesa pues, a falta de tiempo para escribir en su blog, se entretiene por aquí.
los modos chinos, por lo general, no me suelen satisfacer demasiado.
ResponderEliminarno sé si única, pero peculiar, inteligente y traviesa sí parece la dama.
Julián
Lo único que no soy de todo lo que has mencionado, es una dama.
ResponderEliminarlo que yo decía...
ResponderEliminarJulián