Noche seca y algo airosa tirando hacia el final. Ambiente tranquilo, leve marejada. Vamos amanenciendo poco a poco.
En siete cómodos pasos, el astro rey para los terrícolas se despereza rápidamente y nos muestra a las claras que está dispuesto a darnos otro día de calores. Felicidad incontenida en los pechos de muchas muchachas que, hoy también, saldrán a la calle y proclamarán a los cuatro vientos: ¡Soy una gallina, soy una gallina feliz y me voy a la piscina!
Giro un poco el ángulo de visión y veo Madrid aún cubierta con su translúcida sábana azulona, un poco marina. Sorprendente. Venga, a despertar, ¡a despertar, que hay que vivir!