Tras semanas (pocas, me temo) de obligado letargo en que la naturaleza nos ocultaba su fuerza, llega la noche del 20 al 21 de febrero, eplipse total de luna, y repentinamente... ¡zas! los dos olmitos que me acompañan deciden que ha llegado la hora de sacar pecho. ¡Ahí están, como unos valientes, sin miedo a las heladas ni a los depredadores!Todos buscamos signos, y los hay de muchos tipos. Unos son más difíciles de interpretar que otros, pero todos son signos a fin de cuentas.
Adelante, olmito alegre, eres pequeño pero fuerte, rodeado como estás de esa planta geométrica tapizante. Te cuidaré, lo mereces por tu optimismo.
Lamento decirte que tu signo no te pertenece, lo tendrás que compartir con media España. Pero me alegra que veas poesía en el cambio climático. Eso quiere decir que vas por el buen camino.
ResponderEliminarVeo continuamente signos a mi alrededor, pero no siempre atiendo a ellos. En ocasiones paso de largo o miro hacia otro lado. No sé si hago bien o mal.
ResponderEliminarLos olmitos estuvieron abotargados varios meses y, a la mínima señal, un simple eclipse, decidieron saltar por encima de las convenciones y marcarse un desnudo integral. Por eso los envidio.
Si te vas a desnudar, avísame.
ResponderEliminarConozco la improbabilidad de tal evento... Aunque, si se diera, ¡avísame también a mi! ;)
ResponderEliminarLos almendros camino a casa han dado señales ya hace días. Algunos aportan las únicas nieves de este año climáticamente tontorrón.
La vida en este planeta es, a pesar de todo, tremendamente hermosa.
Bueno, voy a mirar si encuentro un "taparrabos" (perdón) imitación pantera en alguna tienda de disfraces y quizá me semi-desnude, para celebrar la primavera que parece aproximarse (¡ojala no!).
ResponderEliminarEl evento tendría lugar en el parque de San Isidro, en una de las praderas. Os avisaré con tiempo.
Mecacholo: contra viento y marea, mamá Tierra siempre es un refugio. :)
Estamos expectantes y babeantes.
ResponderEliminar¡Dios! ¡Cómo están ya los almendros!
ResponderEliminar